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Dar la palabra » Cultura » 11 abr 2022

Los grandes músicos de la historia fueron grandes revolucionarios (Por Sebastián Masci)

Músico destacado de la Filarmónica de Buenos Aires, Sebastián Masci compartió definiciones y conceptos sobre la historia y actualidad de la música clásica. Y abolió la falsa creencia de que sólo pueden disfrutarla las elites.


Por:
Sebastián Masci

Una deliciosa charla con el violinista Sebastián Masci, en la que recorrió la historia y la actualidad de la música clásica nacional tuvo lugar este viernes en el programa Noticia de Tapa Radio, por FM Espectáculo de la ciudad de Ushuaia. 

Masci integró por 20 años, desde sus 21, la orquesta estable del teatro Colón de Buenos Aires. Tras esas dos décadas de interpretar las más grandes óperas de todos los tiempos, hace 12 años decidió dar un giro en su carrera y se sumó a las filas de la Orquesta Filarmónica Nacional, también con sede en el Colón. Así pudo abordar otro tipo de repertorio, distintas formas musicales como sinfonías y conciertos, de los más destacados compositores de la historia.

La idea de conversar con Masci surgió a raíz del reciente homenaje al gran músico popular argentino León Gieco, que se le realizó en formato clásico, con arreglos para orquesta sinfónica de sus más emblemáticos temas. Sebastián se encargó de explicar el porqué de esa aparente contraposición que existe entre la música clásica o académica y las clases populares como consumidoras.

 

“Muchas personas después de mucho vivir en Buenos Aires me dicen que todavía no conocen el teatro Colón. A veces les ofrezco entradas gratis que nos dan a los músicos, y me dicen que tienen miedo, que no saben cómo ir vestidos… hay una sensación de que al teatro Colón se va de smoking y el que va con un vaquero y una remera queda como desubicado” describió con meridiana claridad. Pero puntualizó que esto “ya pasó, esto quedó en otra etapa. Es la impronta de una Argentina que gracias a Dios ya quedó atrás, dónde las clases dominantes veían de mal grado, de mal gusto, que vayan otras personas y que vayan sin esmoquin”

Sebastián compartió una interesante definición de clásico, de música clásica: “Clásicos ya son los Rolling Stones, los Beatles. Son clásicos porque se escuchan permanentemente, no es que encerremos en la música clásica a esa música de chaqué. No tiene nada que ver con el chaqué la música clásica, absolutamente. Los grandes músicos de la historia fueron grandes revolucionarios, tipos que rompieron permanentemente las estructuras y paradigmas pre impuestos”

En modo didáctico, demostró su conceptualización con el ejemplo de Wolfgang Amadeus Mozart, primer músico de la historia que se independiza de un arzobispo en Salzburgo, para arriesgar su carrera en Viena y hacer música independiente. “Decidió ser independiente, él vivía de la venta de entradas, o con música que componía por encargo de pianistas y otros músicos. Y vivía muy bien, no fue un compositor pobre. Lo que pasa es que gastaba mucho más de lo que ganaba”.

Revelando el carácter contestatario y de vanguardia de grandes compositores, citó el caso de Ludwig Van Beethoven, primer músico que ya no usó peluca: “Es el compositor que de algún modo rompe con la aristocracia europea. Dedica su tercera sinfonía a Napoleón Bonaparte, que en ese momento era considerado el liberador de toda Europa de la aristocracia. Luego cuando Napoleón se autoproclama emperador, Beethoven rompe esa dedicatoria y rectifica el título de la Sinfonía, la llama Heroica, para ‘conmemorar el recuerdo de un gran hombre’”.

Masci dedicó un especial párrafo a la relación de la música con el cine. Y confesó que él mismo ingresó al gran mundo sinfónico, por el cine: “Quien te habla tomó la decisión de ser músico a partir de ver la película Amadeus. El cine es una herramienta fantástica para acercar la música a la gente”.

Analizó, y lo ejemplificó con casos puntuales, el papel de rebeldía y “protesta” que en ciertos períodos de la historia ejercieron algunos de los grandes compositores, que transmitieron su postura política e ideológica a través de sus partituras.

Así citó el caso de la Sinfonía N° 7 del gran compositor ruso Dmitri Shostakovich. “Se llama sinfonía Leningrado y es un rechazo a la invasión nazi a Rusia y a ese bloqueo que hizo la Alemania nazi haciendo matar de hambre a toda la población de Leningrado. Fue terrible, 900 días de bloqueo donde la gente moría de hambre. Shostakovich escribió esa sinfonía en protesta”.

En su despedida, Sebastián Masci analizó la crítica actualidad de la música clásica en Argentina, y no reparó en denunciar un “desinterés por parte de las autoridades gubernamentales en acrecentar todo lo que se puede desarrollar con la música clásica, con orquesta sinfónica”.

Sin embargo, transmitió un esperanzador futuro cimentado en los valores de la música: “Estoy persuadido que no hay lugar de mayor mancomunidad social que en una orquesta, donde somos 120 personas haciendo lo mismo, tocando en el mismo instante, en el mismo segundo, haciendo un solo arte. Y hay en sus integrantes religiones, colores de piel, nacionalidades, creencias, identificaciones sexuales de todo tipo. ¿En qué momento en la historia o en la sociedad encontramos eso?”

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