El matadero (Por Alejandro Rojo Vivot)
La censura y las presiones de ciertos personajes públicos, con altos salarios financiados por los contribuyentes, invocando un peregrino pensamiento único, buscan denodadamente limitar o circunscribir al ostracismo a los que opinan distinto, sobre todo si para sus críticas emplea el humor.
Alejandro Rojo Vivot
“Benjamín Solari Parravicini, más conocido como el ʻNostradamus argentinoʼ, fue un artista que se hizo famoso por los dibujos proféticos que realizó a lo largo de su vida.
En sus pictografías predijo varios eventos históricos. (…)
El último gran acierto de Parravicini es la pandemia de coronavirus. El artista dibujó, en 1935, el pictograma que muestra una cabeza de un hombre de aspecto oriental que en su frente tiene una circunferencia que se asemeja al virus visto por un microscopio. Además, en el rostro se insinúa una máscara de oxígeno. ʻResfrío de cabeza y garganta será el principio de la gran pesteʼ, expresó el artista”. (1)
Nicolás Tosi
El humor político, a veces, se desarrolla en épocas que le son hostiles y en desigualdad de condiciones siendo la parte más débil.
La censura y las presiones de ciertos personajes públicos, con altos salarios financiados por los contribuyentes, invocando un peregrino pensamiento único, buscan denodadamente limitar o circunscribir al ostracismo a los que opinan distinto, sobre todo si para sus críticas emplea el humor.
A veces, con pedantería pretenden velar lo claramente visible y contradictorio: que nos van a enseñar a nosotros sobre los derechos humanos, etcétera.
El argentino José Esteban Echeverría Espinosa (1805-1851), es el autor del “Dogma Socialista” (1846): “Progresar es civilizarse, o encaminar la acción de todas sus fuerzas al logro de su bienestar, o en otros términos, a la realización de la ley de su ser. (…) La Igualdad y la Libertad son los dos ejes centrales, o más bien, los dos polos del mundo de la democracia”. (2)
Su profusamente leído “El Matadero”, (3) probablemente esté en las bibliotecas hogareñas de la mayoría de los argentinos y en otros países de habla hispana. Posiblemente sea la más acabada obra humorística del Siglo XIX, (4) donde describe con irónica agilidad el autoritario gobierno de Rosas, (5) poderoso empresario terrateniente, (6) militar, combatiente de los aborígenes (7) y político que aún en la actualidad divide las aguas entre sus detractores y sus adherentes.
Además reseña con detalle la precaria situación sanitaria y de salubridad de Buenos Aires, que presentaba todas las condiciones para favorecer la posterior y terrible fiebre amarilla, en gran parte por la desidia de los poderes públicos.
FRAGMENTO
“A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguos historiadores españoles de América, que deben ser nuestros prototipos. (…)
Sucedió, pues en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa. Los caminos se anegaron; los pantanos se pusieron a nado y las calles de entrada y salida a la ciudad rebosaban en acuoso barro. (…) Parecía el amago de un nuevo diluvio. Los beatos y beatas gimoteaban haciendo novenarios y continuas plegarias. Los predicadores atronaban el templo y hacían crujir el púlpito a puñetazos. ʻEs el día del juicio –decían-, el fin del mundo está por venir. La cólera divina rebosando se derrama en inundación. ¡Ay de vosotros, pecadores! ¡Ay de vosotros, unitarios impíos que os mofáis de la Iglesia, de los santos, y no escucháis con veneración la palabra de los ungidos (8) del Señor! (…) Vuestra impiedad, vuestras herejías, vuestras blasfemias, (9) vuestros crímenes horrendos, han traído sobre nuestra tierra las plagas del Señor. (10) La justicia del Dios de la Federación os declarará malditos.
Las pobres mujeres salían sin aliento, anonadas del templo, echando, como era natural, la culpa de aquella calamidad a los unitarios. (…)
No quedó en el matadero ni un solo ratón vivo de muchos millares que allí tenían albergue. Todos murieron o de hambre o ahogados en sus cuevas por la incesante lluvia. (…)
Un zanjón labrado por la corriente de las aguas pluviales, en cuyos bordes laterales se muestran innumerables cuevas de ratones y cuyo cauce recoge en tiempo de lluvia toda la sangraza seca o reciente del matadero”. (11)
Más adelante llegará la reacción de las políticas públicas aunque nada habrán reparado las miles de muertes que se podrían haber evitado con los conocimientos de la época.
También, paulatinamente, se consolidará el estado nacional, democrático, republicano federal, con el muy positivo desarrollo, la generalización de la libertad y de la paz.
NOTAS Y REFERENCIAS
1) Tosi, Nicolás. Benjamín Solari Parravicini: las profecías del “Nostradamus argentino” que sorprendieron al mundo. La Nación. Buenos Aires, Argentina. 13 de noviembre de 2020.
2) Echeverría, Esteban. Dogma Socialista. Capítulos II y X. Ediciones Estrada. Buenos Aires, Argentina. 1948.
3) Prólogo de Juan María Gutiérrez. (1809-1878): “El poeta no estaba sereno cuando realizaba la buena obra de escribir esta elocuente página del proceso contra la tiranía. Si esta página hubiese caído en manos de Rosas, su autor habría desaparecido instantáneamente. (…) En una mirada rápida descubre las afinidades que tienen entre sí todas las idolatrías y todos los fanatismos, y comienzan por las escenas a que dan a lugar los ritos cuaresmales, para descender por una pendiente natural que los mismo hechos establecen, hasta los asesinatos oficiales que son consecuencia del fanatismo político inoculado en conciencias supersticiosas”.
4) Podemos sumar a “Pot-pourri. Silvidos de un vago” (1882) de Eugenio Cambaceres (1843-1889).
5) Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas y López de Osornio (1793- 1877).
6) Según su testamento poseía unas 120 leguas de campo, equivalentes a 579, 37 kilómetros cuadrados o 1.350.490,76 hectáreas.
7) La Sala de Representantes de Buenos Aires le otorgó gratuitamente 60 leguas de campo en compensación de su participación en la Campaña del Desierto en 1833, aniquilando o desplazando a los aborígenes de sus tierras ancestrales.
8) Biblia: untados con aceite como señal de ser elegidos por Dios; es una ironía política pues se está refiriendo a que los oficialistas cumplían con esa condición.
Cabe hacer notar que bien entrados en el Siglo XXI algunos políticos construyen sus propias imágenes como iluminados por un ser superior, inclusive recibiendo personales mensajes esotéricos a través de pajaritos, que son superiores a tal punto que es la historia quien ya los ha juzgado aunque no puedan explicar sus propios patrimonios, etcétera. Y una parte del electorado acríticamente lo cree y los vota logrando éxitos sin fundamentos racionales.
9) Opinar distinto al gobernante.
10) Es la concepción del dios personal, es decir, el que está atento a lo que sucede, al mismo, tiempo en todo el mundo: vigila y, llegado el caso, castiga.
La enfermedad como voluntad de Dios aleja las medidas de prevención, la eliminación de causas como la mala alimentación incluyendo beber agua contaminada.
Estas cuestiones también son empleadas por gobernantes autocráticos: François Duvalier (Papa Doc) (1907-1971); sangriento dictador en Haití. Como médico, antes de dedicarse a la política, trabajó intensamente con poblaciones empobrecidas con respecto al paludismo y el tifus.
Empleó el vudú, en su versión sincretista (creencias religiosas africanas y el cristianismo), como parte de su estrategia política.
11) Echeverría, Esteban. El matadero. Editorial Huemul. Quinta edición. Páginas 105, 106, 107, 111 y 112. Buenos Aires, Argentina. 15 de diciembre de 1969.