viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2340
Dar la palabra » Sociedad » 18 jun 2021

Historias y reflexiones

PODCAST. NOSOTROS los Fueguinos II. Capítulo 20. Los amos del silencio (Por Gabriel Ramonet)

Hay una sociedad que fue construyendo sus propios muros de silencio. Una dirigencia que dejó de hablar. Fue mutando de los debates públicos a la rosca y los acuerdos subterráneos. Vos no hablés y yo no hablo. Nadie habla. Hacemos ver que estamos en paz. Silencio de cementerio.


 

(Ey, a vos te hablo. Bajale el volumen. Ponete auriculares, si querés. Disimulá. Cerrá la pantalla. Cuidado, cuidado. Hacete el distraído que viene alguien. Silencio, silencio. Te cuento algo antes de que vuelvan)

 

¿Sabés qué es el poder? El poder es que nadie hable de vos. O sea, de lo que vos no querés que se hable de vos.

Por eso, la independencia de un medio de comunicación o de un periodista, no se mide por las cosas que dice o publica, sino por lo que calla u oculta.

Las tapas de los diarios, las noticias destacadas de los sitios de Internet y los temas que se tratan en un programa de radio, no definen tanto su línea editorial, como los asuntos obviados en los espacios principales.

A veces, los silencios informan mucho más que los gritos y las compadreadas.

 

(Ojo que ahí viene alguien. Disimulá, disimulá. Hacete el que estás mirando el celular. No digas nada. Silencio, silencio.  Listo, ya está. Tenemos un rato más)

 

Igual los medios no son el único problema. No somos tan importantes. Al menos en Tierra del Fuego. Hay una sociedad que fue construyendo sus propios muros de silencio. Una dirigencia que dejó de hablar. Fue mutando de los debates públicos a la rosca y los acuerdos subterráneos. Vos no hablés y yo no hablo. Nadie habla. Hacemos ver que estamos en paz. Silencio de cementerio.

 

(Ahí viene uno, ahí viene uno. Tranqui, no te miró. Menos mal. Imaginate si se diera cuenta de lo que estamos hablando. Es pecado hablar de esto. No se dice ésto. Si hablás de ésto estás afuera del sistema, de los acuerdos. Y dejás de recibir tu porción. Ya está. Listo. Nos queda poco tiempo)

 

Esta semana, a quienes nos cuesta quedarnos callados, vimos el video del funcionario del IPRA, Ricardo “Rich” Sala, donde se lo observa bailando en una fiesta privada en plena pandemia, junto a un hombre encapuchado de figura similar a su pareja, el secretario Legal y Técnico de la provincia José Capdevila.

La filmación correspondiente a una transmisión en vivo realizada por Sala el 9 de junio, desde su cuenta @soyrichOK, es una de las pruebas que presentó el sitio Noticia de Tapa para documentar la vida ostentosa de este hombre en Ushuaia, a costa del Estado.

“Rich” o “La Richina”, como se hace llamar, fue beneficiado por un pasaje de la Legislatura para ir y volver de Buenos Aires, en enero último, justo antes de ser designado en el IPRA con categoría A, por el presidente Antonio Arosteguichar, allegado a la línea Loffler del Mopof.

Además, en otras imágenes se lo observa tomando champagne en la montaña durante una excursión en helicóptero, o al lado de un árbol de Navidad en un departamento de 210 mil dólares ubicado en Deloqui 1441 7 A, justo al lado de la sede del Laboratorio del Fin del Mundo que funciona en el 7B.

Sala fue socio comercial de Capdevila en la empresa International Fashion Company, antes de llegar a Ushuaia como deudor irrecuperable del sistema financiero. La pareja compartió viajes y un mismo domicilio en Buenos Aires.

La escena más sorprendente del video es cuando aparece un hombre con el rostro cubierto, bailando y haciendo un trencito junto a otras personas jóvenes. El misterioso encapuchado tiene la silueta y la fisonomía de la mano derecha jurídica del gobernador Gustavo Melella.

 

(Shhh. No te pongas nervioso. No nos escuchó nadie todavía. A lo sumo borramos todo y listo. No te preocupes. Cualquier cosa decimos que no escuchamos nada. Tranquilo, tranquilo. Ya nos vamos)

 

El escándalo del encapuchado, su amigo, la fiesta privada y la vida repleta de lujos y ostentación, no es un dato de color, sino un símbolo de estos tiempos. Muestra con total brutalidad, la contradicción de una clase dirigente que pide esfuerzos y sacrificios para sobrellevar una crisis, mientras puertas adentro vive su propia fiesta de excesos. Igual que la “Pizza con champagne” durante el menemismo, o los viajes y los gastos pagos a funcionarios durante el gobierno de Carlos Manfredotti en Tierra del Fuego.

Cualquier crisis se puede sobrellevar, si la dirigencia produce gestos elocuentes de acompañamiento. ¿Cómo se le pide a un negocio que cierre por la pandemia mientras la vicegobernadora le regala pasajes al gobernador Estabillo o al novio del secretario Legal y Técnico? ¿Cómo se le exige a la gente que tenga paciencia con la pérdida de fuentes de empleo o la paralización de la obra pública, mientras la Dposs te aumenta un 200% el servicio de agua, y los propios funcionarios se duplican el sueldo, y les pagan por viviendas cuando tienen casa en Ushuaia y el Estado protagoniza un festival de compras directas con empresas amigas?

Venían a reformar la Justicia y le pusieron a Loffler un sillón en el Superior Tribunal de Justicia.

Venían a transparentar la ética pública y no presentan las declaraciones patrimoniales.

Venían repartir la riqueza y no les pagan la coparticipación a los municipios.

Venían a acomodar las cuentas del Estado, y lo están fundiendo a costa de un aumento desmesurado e impagable del gasto público.

La única manera de cerrar este modelo pornográfico de gestión, es con el silencio de casi todos. Mientras los opositores mantengan sus prebendas institucionales y sus sueldos mayores al del propio gobernador. Mientras los medios miremos para otro lado cuando pase cerca el trencito de la fiesta privada. Mientras los ciudadanos comunes perciban la falta de voces como miedo, y también prefieran callarse y seguir. Mientras no les toquen sus propias quintitas.

Mientras todo eso pase, seguirán reinando los amos del silencio.

 

(Shh. No digas nada. Gracias y hasta la próxima)

 

 

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