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Dar la palabra » Política » 19 oct 2020

El gobernante desnudo (Por Alejandro Rojo Vivot)

Al humor político lo podemos encontrar en muchos de los relatos originalmente ideados para niños y jóvenes que, con frecuencia, además de entretener pueden contribuir en mucho a la reflexión inclusive en los adultos; en tal sentido sigue siendo muy buena la lectura en familia, en las aulas, entre amigos, en la radio, televisión, etcétera, aprovechando la portentosa técnica de leer en voz alta en el más profundo silencio.


Por:
Alejandro Rojo Vivot

“Lo que sí es indudable es que estos chistes imperfectos producen un efecto cómico diversamente explicable. Su comicidad puede nacer del descubrimiento de los procedimientos intelectuales de lo inconsciente, como en los casos antes examinados, (2) y puede también ser el resultado de su comparación con el chiste perfecto. Nada nos impide suponer que ambas formas de la génesis del placer cómico obran en este caso conjuntamente, pues no puede negarse que el apoyo que buscan estas ocurrencias, aproximadamente al chiste, es lo que al demostrarse insuficiente convierte al disparate en disparate cómico”. (3)

 

Sigmund Freud (1856-1939)

 

Al humor político lo podemos encontrar en muchos de los relatos originalmente ideados para niños y jóvenes que, con frecuencia, además de entretener pueden contribuir en mucho a la reflexión inclusive en los adultos; en tal sentido sigue siendo muy buena la lectura en familia, en las aulas, entre amigos, en la radio, televisión, etcétera, aprovechando la portentosa técnica de leer en voz alta en el más profundo silencio.

Los libros contribuyen al desarrollo de la inteligencia y, particularmente, las obras de ficción además de entretener favorecen el ejercicio creativo de la imaginación aplicable en la vida cotidiana en el sentido más amplio del concepto.

También es dable recordar que, con frecuencia, muchos autores velaban sus críticas sociales y políticas en relatos infantiles para evadir las persecuciones por sus ideas por parte de los poderes públicos y la Iglesia Católica. Hoy en día los gobernantes que intentan imponer un pensamiento único emplean otras estrategias de intimidación interrumpiendo conferencias, ninguneo en los medios de comunicación social oficialistas, etcétera.

El extraordinario escritor danés Hans Christian Andersen (1805-1875) trascendió principalmente por sus 168 cuentos infantiles que, aún en el Siglo XXI, muchos adultos leen con placer.

En 1837 publicó su muy divertido y muy actual relato “El traje nuevo del emperador” (Keiserens nye Klæder), dentro de su ciclo “Cuentos de hadas contados para niños” (Eventyr, Fortalte for Børn).

 

“Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia.

No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: ʽEstá en el Consejoʼ, de nuestro hombre se decía: ʽEl Emperador está en el vestuarioʼ (…).

La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos extranjeros, y una vez se presentaron (5) dos truhanes que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente estúpida”. (6)

Por supuesto que esas “rentas” lapidadas provenían de los impuestos obligatorios originados en el trabajo de los vasallos; casi como las multimillonarias fortunas personales de algunos empleados públicos jerárquicos sin capacidad de justificar sus ingresos en unos pocos años de ejercicio al servicio de la gente.

 

El monarca cae en el ardid y les adelanta a los estafadores una pequeña fortuna; en el Siglo XXI algunos derivaron parte de los fondos mal habidos a testaferros que se apropiaron del dinero aspirando a mil años de perdón por robar a un ladrón.

Los funcionarios encomendados de verificar los costosos trabajos encargados por el gobernante no se animan a denunciar la verdad ante la seguridad de ser declarados inútiles para los cargos que sustentan; otro tanto hace el Emperador cuando se desnuda para revestirse con la nueva ropa visible únicamente para los aptos, saliendo desnudo a pasear y recibir el entusiasta saludo de su pueblo que también calla temeroso de ser incluido; la falsedad aceptada mayoritariamente por miedo, aunque la evidencia la contradigan. (7)

El final que es genial lo dejamos para que cada uno lo recuerde o lo lea por primera vez, evitando el spoiler. (8)

 

 

En regímenes autocráticos, que tienden a la concentración del poder, ni aún algunos se animan a señalar sus puntos de vista por terror al castigo arbitrario y la supina soberbia de los mandantes vengativos no ven lo negativo que han generado y caminan con el peligro de pescar un resfrío o pulmonía.

“No por el hecho de que una mentira sea aceptada por muchos; tenga que ser cierta”. (9)

El relato es un buen ejemplo del subgénero literario apólogo; (10) han pasado casi dos siglos y sigue vigente con toda la gracia del humor político y la desgracia de que podría, con algunas adecuaciones, ser una crónica periodística del diario de mañana.

 

NOTAS Y REFERENCIAS

1) Obtuvo becas integrales para realizar cursos en: Fundación Dom Cabral. San Pablo, Brasil. (2012); Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), Presidencia de la Nación, Buenos Aires, Argentina. (1978); Fundación Galileo y Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, Buenos Aires, Argentina. (1976); Curso. Universidad Cándido Méndez, Río de Janeiro, Brasil. (1975); South Florida University, Tampa, Florida, USA e International Florida University, Miami, Florida, USA. (1974).

2) A lo largo de su obra aquí citada Freud incluye numerosos chistes empleándolos como material para sus análisis y conclusiones.

3) Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Páginas 1153 y 1154. Madrid, España. 1973.

4) También es conocido como El rey desnudo.

5) Provenientes de una isla indeterminada.

6) Andersen, Hans Christian. Cuentos de hadas contados para niños. Editorial Gaviota. Madrid, España. 1997.

7) Ante el grave aumento del desempleo: “Estamos mal, pero vamos bien” (Presidente Carlos Saúl Menen, Partido Justicialista) (1991).

8) Comunicar con anticipación lo que originalmente está ideado para ser revelado más adelante del desarrollo.

9) Así concluye la ficción.

10) Obra que incluye una lección moral o una enseñanza, casi siempre presentada al final con el carácter de moraleja (latín: morālis); por ejemplo, “Quien oye aduladores nunca espere otro premio”en “El zorro y el cuervo”, fábula del griego Esopo (ambas fechas aproximadamente a.C 600-a.C. 564). Fue recreada por el célebre Jean de La Fontaine (1621-1695), miembro de la Academia Francesa, cuya obra principal “Cuentos y relatos en verso” (1644) la Iglesia Católica la incorporó en su nefasto “Índice de Libros Prohibidos” (1703-1948).

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