viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº2347
Dar la palabra » Política » 6 ago 2020

Pandemia y poder político (Por Alejandro Rojo Vivot)

En las pandemias podemos observar lo mejor y lo peor de los seres humanos; el poder político es puesto a prueba en extremo: la ecuanimidad y los sesgos autoritarios.


Por:
Alejandro Rojo Vivot

“Nos es agradable ver desfilar ante nuestra vista todas las variedades de la domesticación, y por eso se agrupa tanta gente a ver pasar los cortejos reales”. (1869) (2)

Víctor Marie Hugo (1802-1885)

 

Determinados hechos inciden de manera muy particular en cada uno de los individuos que los transitan; de ahí que es importante justipreciar los procesos sobre todo cuando en tales circunstancias la dignidad humanatambién es afectada por ciertas decisiones eficaces o inoperantes acompañadas, a veces, por auto referencias laudatorias y muchas historias encomiables; en las pandemias podemos observar lo mejor y lo peor de los seres humanos; el poder político es puesto a prueba en extremo: la ecuanimidad y los sesgos autoritarios.

El extraordinario e innovador escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849) (3) es ampliamente leído aún en la época del autoaislamiento mediante los teléfonos celulares empleados como si fueran versiones contemporáneas de alguno de sus magistrales novelas breves y cuentos cortos, (4)  particularmente de misterio y terror, de gran influencia en generaciones posteriores de literatos.

Ante la virulenta e imparable expansión de una mortífera epidemia la autoridad decidió un gran confinamiento, aunque los habitantes social y económica más vulnerables debieron arreglárselas por su cuenta.

“Fue hacia finales del quinto o sexto mes de encierro, mientras la plaga hacía estragos con más rabia afuera, cuando el Príncipe Próspero obsequió a sus mil amigos (5) (6) con un bailes de disfraces de la más insólita magnificencia.

¡Qué cuadro más voluptuoso el de aquella mascarada! (…)

Toda la concurrencia pareció entonces sentir profundamente el mal gusto y la inconveniencia de la conducta y del traje del desconocido. El personaje era alto y descarnado y estaba envuelto en un sudario desde la cabeza hasta los pies. La careta que le tapaba el rostro representaba tan admirablemente la fisonomía de un cadáver, que el análisis más minucioso hubiese descubierto con dificultad el artificio. (…)

-¿Quién se atreve (7) –preguntó con voz ronca a los cortesanos, de pie a su alrededor-, quién se atreve a insultarnos con esta ironía blasfematoria? (8) Apoderaos de él y desenmascaradle para que sepamos a quién vamos a colgar de las alamedas cuando salga el sol. (…)

Reconocieron entonces la presencia de la Muerte Roja. Había llegado como un ladrón nocturno. Y todos los invitados cayeron en los salones de la orgía, inundados de un rocío sangriento, y cada uno de ellos murió en la postura desesperada de su caída.

La vida del reloj de ébano desapareció con la del último de aquellos seres alegres. Las llamas de los trípodes (9) se extinguieron. Y las tinieblas y la ruina y la Muerte Roja establecieron sobre todas las cosas su imperio ilimitado”. (1842). (10) (11)

 

 

REFERENCIAS

(1) Ha publicado 29 libros, algunos con varias ediciones.

(2) Hugo, Víctor. El hombre que ríe. Editoriales Reunidas. Página 11. Buenos Aires, Argentina. 1947.

(3) Fue el primer escritor en tratar de vivir de las ventas de sus obras, estando muy lejos de lograrlo.

(4) Poe, Edgar Allan. El hombre de la multitud (The Man of the Crowd). Editorial Claridad. Obras Completas. Páginas 284, 285, 286, 287, 288, 289, 290, 291, 292 y 293. Buenos Aires, Argentina. 10 de octubre de 1969.

(5) Su máxima capacidad para la protección.

(6) “La supervivencia del más apto” (Herbert Spencer, 1820-1902).

(7) Personaje que ingresó sin autorización al palacio entremezclándose entre los refugiados que se sentían a salvo.

(8) Incumpliendo lo reglamentado en cuanto a lo dispuesto por el monarca para la cuarentena de sus resignados súbditos.

(9) Original y única iluminación durante la fiesta.

(10) Poe, Edgar Allan. La máscara de la muerte roja. Editorial Claridad. Obras Completas. Páginas 172, 175, 176 y 177. Buenos Aires, Argentina. 10 de octubre de 1969.

(11) Existen muy diversas ediciones en distintos soportes, inclusive varias son gratuitas.

FOTO: ARV. Edgar Allan Poe. Obras completas. Editorial Claridad. Segunda edición. Buenos Aires, Argentina. Octubre de 1969.

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