viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº2347
Dar la palabra » Medio Ambiente » 13 ago 2018

Debate sobre la ruta 30

Una ruta con turistas y salmones (Por Julio Lovece)

Los argumentos con los que se pretende justificar el proyecto “Corredor Costero Canal Beagle” se apoyan en "fortalecer el sector productivo" y "generar una nueva opción turística". Los claroscuros con los que se ha manejado todo el proceso sólo alimentan más dudas que certezas, evidenciando premisas especulativas o inconfesables.


Los argumentos con los que se pretende justificar el proyecto “Corredor Costero Canal Beagle” se apoyan principalmente en dos objetivos: "fortalecer el sector productivo" y "generar una nueva opción turística". Los claroscuros con los que se ha manejado todo el proceso sólo alimentan más dudas que certezas, evidenciando premisas especulativas o inconfesables.

Lo claro es que el Gobierno ha salido apresuradamente a "planificar" usos, luego de tomada la decisión de tan costosa obra, lo oscuro es que los argumentos de la producción y el turismo, no se ven muy cristalinos.

Es en estos dos aspectos: la producción y el turismo, hacia donde pondremos nuestra mirada.

Aún no disipados los rechazos que este costoso proyecto ha cosechado y sin estar definida la traza y los impactos que pueda generar, sin terminar de entender las razones por las cuales los técnicos de Vialidad Provincial e incluso de Vialidad Nacional, no han sido sumados al proyecto, se ha desviado el foco de atención hacia los usos que tendría la ruta. El Infuetur, tratando de recuperar terreno, ha contratado a una consultora que le tire letra para fortalecer los argumentos de una ruta turística, mientras la cartera de Ciencia y Tecnología resucita el proyecto de granja multitrófica, que parecía muerto y el de Agricultura, Ganadería y Pesca proclama, sin inhibiciones, los supuestos beneficios de las salmoneras.

Ruta al turismo

Al observar el mapa del “Corredor Costero Canal Beagle” que contiene el desarrollo deseado por la Secretaría de Planificación Estratégica, Ordenamiento Territorial y Hábitat, vemos una ruta "panorámica" en coexistencia con una ruta de conectividad de varias actividades y anhelados emprendimientos, como por ejemplo: "Impulso y promoción de la actividad acuícola - ictícola", "Impulso y promoción de la fruti - horticultura", "Servicios turísticos alojamientos - gastronomía", "áreas de camping - senderismo - recreación", "puntos panorámicos" y un etcétera producto de otras actividades oportunamente mencionadas relacionadas con la minería y acceso a una posible reserva natural o área protegida Península Mitre, este último proyecto durmiendo décadas en la legislatura. No nos olvidamos de esta muletilla reiterada incluso hace días por el Dr. Jorge Rabassa de otorgar a la ruta 30 un uso alternativo de conexión con la zona norte, toda una sorpresa ya que el actual proyecto sólo llega hasta Cabo San Pio.

Los sectores privados, hoy utilizados para la ganadería y el turismo, cuyos propietarios han sido invitados cuando ya no había remedio, en la mayoría de los casos, miran con desconfianza e incertidumbre, altamente preocupados por cuanto no disponen de la certeza que sus intereses, actuales y futuros, serán respetados.

Si las malas lenguas no nos venden salmón podrido, perdón, pescado podrido, ya el mismo Gobierno está ofreciendo tierras en ese sector para futuras inversiones, por ejemplo, en hotelería.

Resultaría absurdo negarlo cuando no existe un plan de manejo, ni usos específicos, así como impedimento alguno para que los propietarios de muchos de esos sectores, terminen vendiendo sus tierras para los más variados objetivos. Si el mismo Gobierno expone abiertamente un interés especulativo, ¿cómo impedírselo a los privados? Vamos a suponer que terminen materializándose algunos proyectos turísticos en los rubros del alojamiento y gastronomía. Imaginamos un tono triunfalista de los funcionarios presentando a los empresarios que decidan invertir algunos millones de dólares sin tener, como suele ocurrir en este tipo de decisiones, muy en claro el comportamiento futuro de la demanda. Cuando hoy, la oferta hotelera aún debe sobrevivir algunos meses intermedios de baja que la obliga a consumir parte de lo que gana en la alta, no podemos menos que preguntarnos si no corremos el riesgo de generar una guerra de tarifas que para un fuerte inversor solo implique tiempo, dejando en el camino a varios pequeños y medianos hoteleros actuales.

También nos preguntamos qué puede pasar con los responsables de aquellos servicios y productos instalados hoy a lo largo de la Ruta Nacional Nro. 3, ante el incremento de servicios sobre la Ruta 30. ¿Habrá turistas para todos? Claro que el gobierno, el actual y los anteriores, han hablado de vencer la estacionalidad y diversificar la oferta, mientras dejaron morir hosterías, en lugares estratégicos y la aerosilla y pista de esquí más cercana a la ciudad. Ahora resulta que necesitamos endeudarnos hasta el cuello para construir una ruta que cambiará la realidad turística de la provincia.

No podemos evitar preguntarnos: ¿Podrá ser considerada la Ruta 30, una ruta turística? ¿Podrá existir una sana convivencia entre tantas actividades prometidas declaradas y las no declaradas? ¿Podrán nuestros políticos, actuales y futuros, resistir la tentación de la especulación política, prometiendo tierras, como se ha hecho a lo largo de la historia fueguina, a los futuros electores? ¿Se podrá garantizar que no habrá entrega de tierras con hermosas vistas al Canal Beagle, a los poderosos o amigos de éstos?

Si el gobierno desmiente estos temores, ¿porqué no promulgar una ley que garantice usos en ese sector y restrinja o impida otros?

La ruta de los salmones

Se asegura que la Ruta 30 se transformará en un hito que permitirá modificar la matriz productiva de Tierra del Fuego o por lo menos de Ushuaia. Que avanzará hacia un atractivo por el que futuros cruceros estarán dispuestos a extender su estadía en el puerto, para conocer. Que cambiará la vida de los residentes de Almanza, hoy divididos esencialmente entre personal militar, pescadores artesanales y emprendedores gastronómicos. Pero como proyectos más tangibles hallamos dos: Granja multitrófica y salmoneras.

Del que primero se comenzó a hablar, es de este modelo de producción de salmones que, a diferencia del tradicional, promete menos contaminación sumando mejillones que absorberían parte de los desperdicios arrojados por los salmones y otro "filtro" que implicaría una "pared" de algas. Hablamos de la granja multitrófica.

Hasta donde sabemos, este proyecto se sustenta en un consorcio público-privado, sin embargo, el Ministro de Ciencia y Tecnología nos dice que "luego de un procedimiento de postulación, selección y evaluación preliminar, la propuesta fue desestimada por decisión de los evaluadores en una instancia de evaluación definitiva que se nos comunicará fehacientemente en el primer semestre de este año." Obviamente se insiste en la propuesta, sumando la faz técnico-científica que será el CONICET, previéndose su asociación al proyecto. No obstante ello sabemos que la primera instancia motivó una contundente nota firmada por más de 30 científicos, el 1 de diciembre de 2016, en la que se cuestiona la ubicación prevista originalmente por varias razones, entre éstas: "...la ubicación de la Granja Multitrófica (GM) propuesta preliminarmente (entre Banco Lawrence y Bahía Brown), al oeste de la Isla Gable, hace presumir que el aporte de nutrientes tales como compuestos de nitrógeno y fósforo, como así también la materia orgánica particulada que provendrá de la GM tenga altas probabilidades de producir impactos ambientales indeseables como la eutroficación aguas abajo de la GM, teniendo en cuenta que las corriente dominante en el canal fluye hacia el este. De hecho, la GM podría afectar a la zona que actualmente se cultiva mejillón en Bahía Brown, que en términos de calidad de agua tiene la máxima y mejor clasificación para el desarrollo de estos cultivos."

Esta nota de dos carillas es sumamente intensa dejando más que clara, la posición que hoy se quiere disimular, silenciar o banalizar, tratándose de 39 científicos que merecen el mayor crédito.

Amigo lector, si el modelo de producción de Granja Multitrófica ha generado una fuerte resistencia, imagine la opinión de estos científicos respecto de las salmoneras convencionales. El que, a diferencia de la GM, no considera ningún atenuante para la contaminación, ya que todos los desperdicios van al mar.

El gobierno provincial ha firmado un convenio con la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones y Comercio Internacional, organización que viene trabajando, junto con el Ministerio de Agroindustria de la Nación e Innovation Norway, agencia gubernamental de promoción de inversiones del reino de Noruega, con el fin de promover el desarrollo de la acuicultura en nuestro país. Precisamente es esa agencia la responsable de llevar a cabo un estudio de capacidad de carga de nuestro Canal, para el cual el gobierno fueguino, le abonó 95.000 dólares. Quienes propician buenos negocios y defienden los intereses noruegos, nos indicarán cuánto soportará el Canal Beagle, antes de transformarse en un cementerio de centollas, róbalos, cholgas y mejillones.

En una próxima nota, detallaremos los graves problemas que la industria salmonera ha generado en Chile. Si bien en Noruega es presentada como modelo, no debemos ignorar que, para ello, pasó por procesos que obligaron a imponer duros límites y controles absolutamente rigurosos, cuestiones que no existen en nuestro país y mucho menos en Tierra del Fuego.

Deberíamos preguntarnos entonces, ¿cuál será el modelo que aplicarán los noruegos, a la hora de potenciar el negocio salmonero en nuestra zona, el imperante en esa nación de Europa Septentrional o el que les asegure la máxima ganancia en el menor tiempo posible?.

¿El que deben desarrollar bajo leyes impecablemente aplicadas o el que les permita una provincia que carece de toda normativa específica?

¿El que protege atractivos y otros usos en sus costas o el que se ha utilizado en Chile que considera a los territorios costeros zonas de sacrificio?

El tiempo lo dirá, sólo que quizás cuando lo diga, ya sea demasiado tarde. Los gobiernos pasan, la contaminación queda.

 

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias

OPINIÓN