viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2340
Dar la palabra » Política » 14 ago 2018

Debate sobre la interrupción del embarazo

13 mitos difundidos sobre el aborto (Por Ricardo Forgione Tibaudín)

En un aborto se vulneran los derechos del niño en gestación al punto de acabar con su vida. También se vulneran los de paternidad. No hay derecho de una persona para acabar con la vida de otra sólo porque esa vida le genera algún tipo de complicación en el futuro.


1) Son prejuicios e imposiciones generados por la iglesia católica.

No sólo los católicos están en contra de la legalización del aborto. Casi todas las religiones se oponen y muchos ateos también. El presidente uruguayo Tabaré Vázquez vetó la primera ley de aborto en Uruguay siendo ateo.

Se argumenta que es la influencia católica en la cultura. Hipócrates, 400 años antes de Cristo, estaba también en contra y abstenerse de practicar abortos se incluye en su célebre juramento hipocrático.

La influencia católica no se sostiene al comparar la legislación sobre el aborto y su influencia en los respectivos países.

2) Es una cuestión de salud pública.

Los datos del Ministerio de Salud Pública confirman que en 2016 sobre 245 muertes maternas, sólo 43 se debieron a abortos y los datos no están discriminados en abortos naturales o por otras causas, de los deliberados. El mismo ministerio establece que en 2015 de 10466 muertes de mujeres en edad reproductiva 55 se debieron a abortos en todas sus modalidades, que las 10411 restantes eran muertes prevenibles y que el aborto ocupa el lugar 40 en las causas de muerte de esas mujeres.

Paradójicamente la legalización y acceso gratuito sí va a generar un problema de salud pública haciendo colapsar la capacidad operativa.

3) A las 14 semanas no es un bebé.

Nadie dice que es un bebé, es un feto o bebé en gestación.

Bajo cualquier análisis es una vida diferente de la de la madre y el padre con ADN diferente y todas las mujeres advierten claramente que tienen una vida en el vientre desde que sienten los primeros síntomas.

4) La mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo.

Nadie lo duda. Lo que no puede hacer la madre es decidir por la vida de un tercero que además tiene un padre.

5) Es un tema de mujeres.

El hijo en gestación también tiene un padre.

Las mujeres cumplen una función fundamental en la gestación de un hijo y el padre tiene la función de contribuir en ese período y en la posterior educación y sostenimiento. Si las mujeres tienen derecho a exigir judicialmente al padre el cumplimiento de esas responsabilidades no habría justicia en que los hombres no puedan tener injerencia en la gestación y mucho menos en la decisión unilateral de terminar con la vida de su hijo.

6) La legalización del aborto hará bajar la cantidad.

Es obvio que si algo está prohibido y despenaliza no hay razón para que baje. A lo sumo no aumentará.

7) La Ley de despenalización establece la gratuidad del aborto.

No es gratuito, nada lo es. A lo sumo no tendría costo a cargo directo de las interesadas. Ese costo debería ser asumido por todos los ciudadanos, incluidos los que lo consideramos un crimen.

Esos costos serían a expensas del resto de la salud pública.

Si los abortos fuesen 500.000 el costo del Isoproxtol solamente sería de 55 millones de dólares.

Sobre la hipótesis de 500.000 abortos anuales serían necesarias estadísticamente 150.000 intervenciones quirúrgicas anuales cuando actualmente en el Hospital Garrahan se realizan 13.000 anuales y hay una demora de 3 a 6 meses para cirugías oncológicas. La Ley exige no más de 5 días por lo que el sistema colapsaría para cumplir la Ley y las cirugías indispensables para salvar otras vidas no se podrían realizar.

Se necesitarían entre diez y doce hospitales Garrahan.

Para recibir Isoproxtol es necesario hacer una ecografía y no hay capacidad para hacer 500.000 ecografías.

Hay que tener en cuenta, además, entre todos los costos, el costo y riesgo por la curva de aprendizaje de los médicos que deben realizar una práctica nueva y para la que no fueron entrenados.

8) La Ley es de interrupción voluntaria del embarazo.

La Ley es de despenalización del aborto. Ese nombre es un eufemismo para enmascarar una masacre de 500.000 vidas anuales.

Cuando uno está hablando por teléfono y le dice al interlocutor que lo espere porque está sonando el timbre y continúa la conversación tras atender ese requerimiento, eso es una interrupción. Cuando alguien está disertando y alguien realiza una pregunta, tras la que el disertante continúa, eso es una interrupción. Cuando la llamada de teléfono o la disertación terminan, no es una interrupción, es el final...terminó, abortó.

9) Sólo habrá abortos hasta la semana 14 de gestación.

La Ley prevé con extrema flexibilidad la interrupción hasta el día anterior al parto si la madre y el médico determinan necesario por la salud de la persona gestante.

10) Es una cuestión de derechos humanos.

Es cierto. En un aborto se vulneran los derechos del niño en gestación al punto de acabar con su vida. También se vulneran los de paternidad. No hay derecho de una persona para acabar con la vida de otra sólo porque esa vida le genera algún tipo de complicación en el futuro.

Paradójicamente se le reclama al Proceso de Reorganización Nacional haber hecho desaparecer 30.000 personas, que según ellos argumentaban, lo hicieron para evitar complicaciones en el futuro de la Nación. Si nos parece esto último una aberración más nos debería parecer cuando se estarían haciendo desaparecer 500.000 vidas inocentes con el argumento de solucionar un problema futuro de sus respectivas madres.

11) Las mujeres están a favor de la despenalización.

No es cierto. Todas las encuestas reflejan que hay más mujeres en contra que a favor y los hombres más favor que en contra.

Parece hasta ocioso tener que explicarlo. En realidad toda la discusión se resume a si hay una vida o no durante el embarazo y todas las mujeres advierten claramente que tienen una vida en el vientre desde que sienten los primeros síntomas. Si se realizan un aborto el mayor trauma es para ellas no para el hombre que probablemente nunca sentirá como ellas la responsabilidad pero si el alivio de sacarse un problema de encima.

12) Es un problema de los pobres.

No es cierto. Todas las encuestas reflejan que la mayor aprobación de la despenalización está en el segmento ABC1 y el mayor rechazo en las clases menos pudientes.

Para las clases altas un hijo no deseado tiene consecuencias muy profundas. Puede impedir un buen casamiento, complicar una carrera profesional que representa mucho dinero o prestigio. Entre la gente de menores ingresos un hijo más no representa ni mella social, ni desprestigio. Sociólogos aseguran que los que no pueden tener nada por falta de medios consideran a un hijo como algo propio y que es de agradecer. Como dijo la diputada Pitriot: Los pobres no tiran nada.

13) Cuando una mujer decide hacerse un aborto es porque está desesperada y se lo hará de todos modos.

Nunca la penalización de algo puede justificarse en sí se lo podrá evitar o no, o el grado de necesidad del ejecutor. El criterio de penalización es si se está avanzando sobre un derecho fundamental de otra persona. En este caso la vida de un tercero que además tiene “propiedad” compartida con un hombre.

Con ese mismo criterio se podría despenalizar la violencia y el asesinato de cualquier persona, paradójicamente hasta los tipificados como femicidios, “al fin de cuentas el hombre está desesperado y lo hará de todos modos”. Véase lo irracional del argumento cuando se aplica a cualquier otro derecho fundamental como la libertad, la propiedad o la dignidad. Como estaba desesperado y lo haría de todos modos se podría despenalizar el secuestro, la tortura, el robo de propiedad ajena, la calumnia y la injuria, etc.

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