viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2340
Dar la palabra » Política » 4 jul 2022

La degradación política del Poder Judicial

PODCAST. Justicia Adicta. Capítulo 12: La farsa de Klass (Por Gabriel Ramonet)

Pero en 2013, o sea 7 años después de su salida del cargo, aparecieron las evidencias de un hecho increíble: el ex abogado personal de Carlos Menem se copió íntegramente su prueba escrita en el concurso realizado por el Consejo de la Magistratura de la provincia, donde resultó electo juez.


 

Durante cuatro años, entre 2002 y 2006, Ricardo Klass fue el integrante del Superior Tribunal de Justicia con más poder en la historia de Tierra del Fuego, al menos hasta ese momento.

Ya nos hemos referido en otras ocasiones a los pormenores de su llegada a la provincia, reinado y caída en desgracia.

Pero en 2013, o sea 7 años después de su salida del cargo, aparecieron las evidencias de un hecho increíble: el ex abogado personal de Carlos Menem se copió íntegramente su prueba escrita en el concurso realizado por el Consejo de la Magistratura de la provincia, donde resultó electo juez.

Todavía resulta difícil de asimilar. Cómo es posible que alguien con tanta responsabilidad y poder haya accedido al cargo luego de protagonizar un fraude semejante.

Las pruebas fueron presentadas por los abogados de Ushuaia Federico Rauch y Antonio Aciar, y ahora vamos a contar exactamente qué pasó, cómo pasó y cómo logró demostrarse.

A la hora de dar el examen para ser elegido juez, Ricardo Klass reprodujo textualmente un escrito perteneciente a un libro ya publicado por su autor, sin citarlo nunca y haciendo creer que era una creación propia.

Por otra parte, no sólo copió el examen, sino que además sabía el tema sobre el que iba a ser evaluado por los integrantes del Consejo de la Magistratura.

Klass fue entrevistado por los consejeros el 17 de septiembre de 2002. Ese día, una vez concluido el acto, fue invitado a elegir al azar un tema para elaborar su prueba escrita. Para ello, tuvo que sacar un papel del interior de una caja de zapatos. Los consejeros siguen llamando examen a este procedimiento, a pesar de que carece de los más mínimos controles de una evaluación y de que no es corregido ni merituado por ningún jurado académico.

Los cierto es que, con el papelito en su poder, Klass fue llevado hasta una oficina de la Fiscalía de Estado, cuyo edificio es lindante con el Consejo de la Magistratura (en la avenida Alem de Ushuaia) a los fines de realizar su examen en soledad, con una computadora e impresora a disposición. Según el reglamento interno del organismo, el candidato dispuso de cuatro horas para completar la tarea.

El abogado presentó un trabajo firmado de puño y letra, que tituló “Naturaleza institucional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.

Pero según la denuncia de Rauch y Aciar, ese escrito es prácticamente idéntico, con el agregado de unos pocos párrafos, al que puede leerse en el libro “La Corte Suprema y el control político”, elaborado por el Dr. Alfonso Santiago (h) en 1998 como tesis doctoral y publicado por la editorial Ábaco.

Pero la parte más contundente de las evidencias del caso surgieron de un mail arribado desde una dirección anónima y aportado por los abogados denunciantes.

En el mail había un archivo adjunto de Word que resultó ser el mismo donde Klass había guardado su examen trucho.

De los datos informáticos del archivo se desprendió información muy valiosa. Por ejemplo, que fue guardado “el 17 de septiembre de 2002 a las 20.59”, es decir, en el mismo momento en que Klass estaba rindiendo el “examen”. También que se lo hizo desde una “organización” llamada “Fiscalía”, probablemente por la Fiscalía de Estado.

Pero el dato clave, proporcionado por el programa Word, es el tiempo de edición del archivo, que fue de apenas 31 minutos.

Ese lapso es insuficiente, no sólo para elaborar un texto de 20 páginas (734 líneas, 132 párrafos, 7501 palabras) sino que tampoco alcanzaría para tipearlo completo.

“Necesariamente, dicho plagio se concretó mediante copiado informático del texto previamente traído o que le fuera aportado al ejecutor del plagio”, concluyó Rauch en su denuncia, dando a entender que Klass sabía del tema a abordar en el “examen”, antes de concurrir a su entrevista en el Consejo de la Magistratura. 

“En síntesis, el denunciado Klass concretó un fraude monumental al Estado y la sociedad fueguina en la noche del martes 17 de septiembre de 2002 entre las 20 y las 21 hs, en las oficinas del consejero permanente y Fiscal de Estado Dr. Martínez de Sucre, adyacentes a la sede del Consejo. Y este plagio fue cometido con el propósito de obtener fraudulentamente el cargo público en cuestión, lo que en efecto ocurrió cuando fue designado como miembro del Superior Tribunal de Justicia”, indicó Rauch.

En la Justicia, el caso fue tomado por el entonces Fiscal Mayor de Ushuaia, Guillermo Massimi, quien elaboró un dictamen admitiendo la existencia del plagio, pero considerando que lo sucedido no constituía un delito, debido a la falta de un “perjuicio económico”, una condición imprescindible de esa figura penal.

No obstante, Massimi señaló en un dictamen que el escrito de Klass posee “sólo ocho párrafos breves de creación propia, y dos párrafos de parafraseados, mientras que tiene 84 párrafos tomados textualmente”.

En 2013, cuando este cúmulo de situaciones terminó haciéndose público, el sistema de selección de jueces vigente en la provincia estaba siendo discutido para dar lugar a una eventual reforma.

Era en el marco de una de las comisiones de trabajo del Consejo Económico y Social, convocado por la ex gobernadora Fabiana Ríos.

El Consejo dispuso la realización de tres audiencias públicas, en Ushuaia, Tolhuin y Río Grande, para que cualquier persona pudiera opinar sobre el tema.

La Asociación de Magistrados y Funcionarios participó de los encuentros y admitió la necesidad de una reforma, aunque sus integrantes defendieron el sistema vigente.

El debate fue interesante y profundo, pero los resultados fueron nulos. El sistema de selección de jueces nunca fue modificado y aún permanece inalterable al momento de este comentario. Todo ello, a pesar de los escándalos reiterados a los que sigue dando lugar.

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