En esta nota se proponen ideas para resolver problemas de movilidad en Ushuaia usando tecnologías que los ciudadanos tenemos disponibles. Considerando la actual falta de recursos económicos, todo lo propuesto sólo requiere decisiones técnico-políticas para implementarse.
Arrancó el Mundial y asumiré que nadie va a leer esta nota, pero la escribo con la esperanza de que dentro de un mes, alguien con poder de decisión, rasque en los archivos de internet, la encuentre, se emocione y quiera llevar adelante estas propuestas escritas por un ciudadano ingenuo preocupado por Ushuaia.
Habiendo tomado nota de la falta de recursos que acusa el país, nuestra provincia y -por supuesto- nuestra ciudad, todas las opciones que aquí se proponen tienen como premisa no requerir importantes sumas de dinero: más bien son sólo decisiones técnico-políticas lo que se necesitará para implementarlas.
Antes de enunciar propuestas quisiera contar, según mi visión, a qué se debe que en Ushuaia tenemos semejante caos vehicular. O al menos esa es nuestra sensación, ya que nuestro caos es insignificante comparado con este embotellamiento en China que obligó a millones de conductores a acampar 11 días, bloqueados en una autopista de 50 carriles.
Pero primero un dato: en marzo de este año Anne Hidalgo, la Alcaldesa de París, propuso que el transporte público de la (inmensa) ciudad francesa sea gratuito y que lo financien los automovilistas. ¿Por qué? Simplemente ella entiende que si todas las personas usaran autos, las calles de París colapsarían y entonces -razona- quienes usan transporte público les hacen un favor a los automovilistas. A cambio del favor, que paguen el ticket. No se trata de poca cosa, actualmente el 60% de los residentes de París usan el transporte público como principal medio de movilidad. En Ushuaia esa cifra es cercana al 5%.
Cuanto menor uso del transporte público, más autos circularán por las calles. Resultado: caos vehicular. No estoy descubriendo nada pero me gusta ser medio obvio.
El transporte público requiere de grandes inversiones y si bien Ushuaia hizo importantes mejoras hace poco tiempo, seguramente falta mucho por avanzar y probablemente la coyuntura económica nacional no nos acompañe por un tiempo.
Entonces tenemos que ser creativos.
Cada vez se habla más de las ciudades inteligentes. Lejos de serlo, podríamos comenzar prestando atención a pequeños datos e indicadores, que nos permitan generar grandes cambios con bajo presupuesto.
Definamos caos vehicular:
¿Es Ushuaia una ciudad con grandes embotellamientos? No.
¿Es una ciudad peligrosa con elevadas muertes por accidentes viales? No.
¿Tiene muchos accidentes vehiculares de mediana y poca gravedad? Sí.
¿Es difícil estacionar? Sí, pero sólo en el centro entre las 9 y las 16.
¿Se respetan las sendas peatonales? Ahora que están pintadas, cada vez más.
¿Se respetan las rampas para discapacitados en el centro? Poco.
La lista podría ser mucho más detallada, invito al lector a continuarla.
La movilidad no es sólo colectivos y autos. También están los peatones (los que ven y los que no ven), los ciclistas (eléctricos y tradicionales), los chicos y chicas del skate, las mamás y papás con sus bebés en cochecitos, las sillas de ruedas y por supuesto los camiones, taxis, remises, ambulancias y todo lo que ocurra entre una vereda y la calle. Todo eso junto es la movilidad y la única solución posible es pensarla como un mismo sistema. Algo que convive.
Algunas propuestas de bajo presupuesto
Como las ciudades inteligentes (Smart City) hacen uso de la información y la tecnología para apoyar la toma de decisiones, veamos un ejemplo de cómo podríamos usar Google Maps para analizar el tráfico vehicular y comprender qué situaciones generan problemas.
Magallanes y Don Bosco es una de las intersecciones donde se generan embotellamientos en Ushuaia. Google Maps tiene una función (que cualquier persona puede habilitar) para ver el tráfico en tiempo real, pero también para conocer el tráfico típico para cierto día de la semana en una hora determinada.
Una de las imágenes que acompaña esta nota muestra el tráfico típico en Magallanes y Don Bosco a las 8.50 hs. de cualquier miércoles, justo cuando está “arrancando el día”. La línea verde significa que no hay grandes problemas y el tráfico es fluido.
Si cambiamos el horario para conocer qué pasa también los miércoles, pero a las 18 hs, vemos que la situación es totalmente distinta. Veremos que la línea en general es naranja (eso no es tan grave). El problema está en los 300 metros en rojo, desde 25 de Mayo hasta Don Bosco, y sólo en el carril que va de este a oeste.
Conclusión: cuando la gente sale del centro al finalizar la jornada laboral, el semáforo de Don Bosco bloquea el tráfico y genera un pequeño embotellamiento para los vehículos que van de este a oeste.
Solución: durante gran parte del día ese semáforo cumple una importante misión, pero como su frecuencia verde-rojo es fija y no sabe cambiar según el horario, hay dos horas al día en las que cumple una función incorrecta: obstruye el tránsito en vez de ordenarlo. Una manera sencilla de resolverlo sería anularlo -sólo durante esas dos horas- poniendo un inspector de tránsito que organice esa esquina de manera inteligente (porque claro ¡la inteligencia no es sólo propiedad de la tecnología!). Otra opción es poner un semáforo programable al que se pueda modificar la frecuencia de rojo-verde según cronograma o en forma remota.
No tengo dudas que este mismo ejemplo puede reflejarse en otras intersecciones de calles y avenidas. La herramienta está al alcance de cualquier persona ¿Se anima usted a buscar en su barrio?
Cada vez que paso 5 o 10 minutos atrapado en Magallanes busco escaparme por una de esas calles que salen hacia arriba, porque al fin y al cabo a mi me interesa subir por Don Bosco y si esquivo el semáforo, me ahorro unos minutos. Esas calles tienen ancho para 3 carriles, pero son todas doble mano y se puede estacionar en las dos márgenes ¿no sería mejor decidir sentido único en cada una? Hablo de Ramón Cortéz, Antonio Romero, Rosas y Fagnano. Incluso si fuera así y si Juan Díaz de Solís tuviera mano sólo hacia el oeste (hacia Don Bosco) mucha más gente podría salir antes de Magallanes y el semáforo no sería un problema. Se trata sólo de ejemplos. En Ushuaia hay cientos de calles con esta misma situación.
En muchos pueblos y pequeñas ciudades es común que sus calles sean doble mano, porque el tráfico no representa un problema y queda más cómodo moverse por cualquier parte libremente. En las ciudades grandes eso no es posible y prácticamente todas las calles tienen sentido único. Es posible que Ushuaia ya no sea el pueblo de antes y requiera revisar todo eso ¿no?
El estacionamiento en el centro probablemente es lo que más preocupa a quienes se mueven en auto. Ya vimos propuestas de grandes cabeceras periféricas para dejar los vehículos, también de un tren circular. Coincido con todas ellas pero no pierdo de vista nuestro compromiso del bajo presupuesto.
Mirando una imagen satelital es fácil dimensionar el espacio físico que ocupan los autos.
Por ejemplo, el estacionamiento grande del puerto tiene 120 plazas (incluyendo las reservadas para buses turísticos) y si sumamos esa fila extra (a la que a veces le hacen multas) podríamos agregar 30 autos más. O sea, 150 plazas en total.
De manera similar es fácil contar y ver que en una cuadra, estacionando de los dos lados, caben en promedio 22 vehículos.
Todo el centro, desde el cementerio viejo hasta Yaganes y desde Prefectura Naval hasta Magallanes, sumando también los grandes estacionamientos, soporta unos 3.700 autos (los acabo de contar). En Ushuaia hay unos 55.000 vehículos.
Ahora bien, si San Martín fuera (casi) peatonal y hubiera un mini transporte público gratuito con frecuencia de 5 minutos que recorra toda San Martín y vuelva por esa misma calle, mucha gente podría usarlo para moverse en el centro, hacer trámites y compras. Se generarían nuevos espacios de disfrute local y la ciudad tendría otra cara para los turistas que nos visitan.
Sólo se perderían 320 plazas de estacionamiento. Mirando para los costados no es difícil encontrar esa superficie disponible en la periferia céntrica.
En esta nota traté de dar algunos ejemplos concretos, pero no suficientes, para resolver problemas cotidianos al tránsito en Ushuaia. Seguramente habrá quienes no compartan estas propuestas y habrá quienes tengan ideas similares. Personalmente creo que lo más importante es pensarnos como ciudadanos activos y ofrecer nuestra colaboración, al menos en forma de ideas, para que la ciudad crezca de manera ordenada y podamos disfrutarla cada vez más.
(*) Licenciado en Informática. Máster en Ciudades Inteligentes. En Twitter @fedegonzal