jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº2339
Dar la palabra » Cultura » 5 may 2019

Lectura de fin de semana

Newsletter de Pablo: Por qué, por qué (Por Pablo Nardi)

Los grandes triunfos de mi vida -que no son tantos; de hecho, dudo que haya aunque sea uno- sucedieron cuando tenía que estar haciendo otra cosa. Por eso tengo un blog activo en pleno 2018. Por eso escribo un newsletter.


Querida gente buena:

El primer obstáculo para escribir un newsletter es que uno, digamos, yo, no sabe realmente por qué lo hace. Las empresas mandan newsletters para vender sus productos, para que los clientes sepan cuáles son las novedades de la marca y, eventualmente, compren. Yo no soy una marca ni mucho menos una corporación, por lo tanto no tengo clientes en un sentido estricto de la palabra -tampoco en un sentido laxo; en fin, en ningún sentido-.

Ricardo Piglia decía que un formato se estetiza después de ser desplazado por otro: cuando la novela pierde la masividad que tenía en el siglo XIX y es reemplazada por la TV, aparecen autores como Joyce o Virginia Woolf, que se permiten la experimentación y el juego. En el momento en que la televisión es desplazada por Internet aparecen las grandes series, se escriben ensayos y tesis sobre ellas, etc. Bien: cuando el newsletter es desplazado por las redes sociales, giles como yo nos permitimos usar este formato como medio para escribir lo que queramos, como si fuese un blog pero de forma privada.

Mañana viajo.

En realidad debería estar escribiendo una reseña sobre un libro hermoso de la editorial Ampersand que se llama Un mundo de escrituras y es precioso, me juré terminarla antes del viaje. Tal vez escribo esto para no tener que hacer la reseña: en mi época de estudiante, limpiaba la casa cuando no tenía ganas de estudiar. Una vez falté a clase para escribir un cuento; a pesar de que tenía el resto del día libre, era la única forma de que me sentara a escribir. Hipótesis incomprobable: los grandes triunfos de mi vida -que no son tantos; de hecho, dudo que haya aunque sea uno- sucedieron cuando tenía que estar haciendo otra cosa. Por eso en las fotos siempre aparezco mirando para otro lado, ido, inmerso en otra coordenada espacio-tiempo. Por eso, tal vez, muchos de esos triunfos fueron secretos: no podía gritar en plena clase de Historia que al fin había logrado completar mi primer sudoku. Por eso fui un estudiante tan mediocre, por eso me gusta llegar tarde a todos lados. Por eso, en resumen, leía literatura a las 4 am en una noche de humedad cuando al día siguiente tenía que defender la tesis. Por eso tengo un blog activo en pleno 2018. Por eso escribo un newsletter.  

¿Qué opinión les merece el formato newsletter? Creo que es mejor llamarlo carta. Si se llegan a hacer uno, agreguen mi mail sin consultarme. ¿Qué andan leyendo? La pregunta no tiene que ver con la anterior, pero siempre es buen momento para pasarse lecturas. 

 Es todo por hoy, queridos amigos. Espero haber sido todo lo invasivo que puede ser un mail inesperado y en primera persona a altas horas de la madrugada.

 PD: lo prometido es deuda, acá van algunas palabras raras con sus definiciones.

Interjección: exclamación desgramaticalizada que expresa un estado de ánimo. Por ejemplo: “ay”, “oh”, “¡mierda!”. En contexto: “Eran amigos, pero solo uno de ellos hablaba. El otro se limitaba a emitir meras interjecciones”.

Núbil: adjetivo. Que está en edad de casarse.

Insidioso: que contiene un daño o engaño oculto.

Desgramaticalizado: que está por fuera de la gramática y, por ende, flota en el aire sin relacionarse con otras palabras ni formar parte de una oración más compleja. Es decir, es independiente de la sintaxis

 

(El texto es el primero de la serie de mails que envío más o menos una vez por semana a quienes cometieron el error de suscribirse (tinyletter.com/pnardi). Este mail en particular fue enviado el 18/12/18)

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