viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2340
Dar la palabra » Política » 16 jul 2018

Debate por la reforma electoral

Ayuda para cometer los mismos errores (Por G. Worman)

La situación es crítica y compleja. Podríamos tener, otra vez, todas las bancas del Concejo Deliberante de Ushuaia ocupadas por hombres. Y tengo la impresión de que vamos a contar más partidos y boletas de candidatos que en la elección en donde usamos las tan criticadas cajitas electorales. No habrá un accidente: será un problema que pudimos evitar con mucho tiempo de antelación.


La idea de avanzar hacia algún tipo de reforma electoral razonable en Tierra del Fuego parece cada vez más lejana. Ese ensueño institucional tropieza con una y mil mezquindades. Y en esos intentos por dejar las cosas tal como están, sale lo peor de nosotros mismos. El hemisferio conservador, le gana por goleada a su par progresista. De allí que, como venimos, repetir los mismos errores nos va a llevar hacia el mismo fracaso.

La situación es crítica y compleja. Podríamos tener, otra vez, todas las bancas del Concejo Deliberante de Ushuaia ocupadas por hombres. Y tengo la impresión de que vamos a contar más partidos y boletas de candidatos que en la elección en donde usamos las tan criticadas cajitas electorales. No habrá un accidente: será un problema que pudimos evitar con mucho tiempo de antelación.

Seguramente, hay otras preocupaciones hoy. El artilugio de lo urgente versus lo necesario está hartamente repetido. No es la amenaza de los puestos de trabajo que están vinculados a la promoción industrial o la intimidación de que las boletas de gas van a venir sin atenuantes en el medio, y así pagar costos descomunales por un servicio que usamos intensamente entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de cada año, o la reforma del sistema electoral y político. Se pueden abordar todos estos temas a la vez.

El ex presidente Néstor Kirchner generó dos procesos institucionales aplaudidos por todo el mundo, en pleno desorden económico: el sistema de selección de jueces de la Corte Suprema y el Decreto de Acceso a la información Pública. Así que se puede.

Posiblemente, perfeccionar los sistemas electorales no sea visto como una prioridad en tiempos de crisis. Pero justamente, estos momentos de escasez  económica son los más propicios para producir actos que generen avances políticos y ciudadanos.

Antes que me vaya de tema, quiero volver. Apenas guardo la expectativa de que tengamos algún tipo de debate serio y sin chicana sobre cómo vamos a votar para organizar el poder en Tierra del Fuego el año próximo. Me inquieta pensar que vamos a entrar de nuevo a un cuarto oscuro con más boletas electorales que en 2015, y que no sepamos cómo y dónde ponerlas.

No bien se confirme que todo queda igual, los votantes van a poder seguir participando de la estafa de tachar legisladores (una verdadera hipocresía con el piso del 50% para que se activen) y preferir concejales sin cupo (quizás todos hombres nuevamente) en la ciudad de Ushuaia. El pillaje es un engaño premeditado, y habilitar a que el electorado tache sin que se pueda ejercer ningún efecto es lo mismo. Con las preferencias pasa algo similar. Según la Carta Orgánica, el 50% de los cargos legislativos debieran estar resguardados para cada género.

Lo cierto que esta configuración de organización del poder por cuatro años (2015-2019) ha tenido tiempo para arreglar los problemas que ya teníamos identificados. Y conforme pasa el tiempo, nos vamos alejando de la solución.

Un breve repaso de obviedades acordadas:

Nadie se opone a la integración igualitaria de mujeres, pero…

Todos sabemos que el sistema de tachas ya no cumple ninguna función, pero…

No hay persona que se oponga a mejorar el sistema de votación, pero…

Cuando votamos por segunda vez en el cuarto oscuro con tachas para legisladores y preferencias para concejales, asumimos que era un espectáculo institucional pavoroso para el electorado, pero…

Cuando termina la elección municipal para la Intendencia y la cantidad de bancas para el Concejo Deliberante de Ushuaia, y comienza el conteo de preferencias sabemos que se vienen las interpretaciones de las preferencias, y allí se arma un berenjenal de problemas, pero…

No hay quien no reconozca que una buena solución es ir hacia la boleta única, pero…

Y todos decimos que no pueden existir cada vez más partidos políticos que van hacia una elección como si fueran UTEs (uniones transitorias electorales), pero…

Acá se produce el momento asombroso en donde todos dicen coincidir en mejorar el sistema electoral y político, pero, como en un gran truco de magia, nuevamente sucede otro acto de astucia que no alcanzamos a comprender. Y así, el arte del pasatiempo gana otra vez.

Y lentamente llega el tiempo en que se dice que ya es tarde. Que los cambios hay que pensarlos responsablemente para la próxima elección (que no afecta al que tiene que producir los cambios), para actuar con madurez institucional.

No es la primera vez que lo escribo. Tenemos solo tres ciudades, cada una con un sistema de elección de concejales distintos. Un hecho único en Argentina. En una ciudad se tachan, en la otra se prefieren y en la tercera por lista sábana.

La solución es un encuentro distinto al desbarajuste que tenemos ahora. La boleta única es una idea muy interesante y efectiva, pero no puede contener decenas de partidos y centenares de candidatos con posibilidad de tachar y preferir en el mismo acto en papel.

Pueden incorporarse las PASO u reorganizar la línea de largada de los partidos políticos o frentes electorales para participar de las elecciones. Lo que resulta ilógico es un sin número infinito de partidos para una elección.

Lo único que se pide es razonamiento. Sí, solo análisis y fundamentos. Una nueva organización electoral basada en una argumentación racional.

Aun hay tiempo. Queda toda la segunda mitad del año para resolver esta sinrazón electoral y política.

En definitiva, solo se trata de transparentar, modernizar y volver más justo al único mecanismo que tienen los representados para elegir a quienes los gobiernan por 4 años. Y aunque muchas veces no estemos de acuerdo, mejorar la organización democrática vale lo suficiente para sentarse a producir y resolver estos temas cuanto antes.

Para todo lo demás, ya sabemos la fórmula para repetir los mismos errores y conseguir los mismos resultados. No falla.

 

(*) Por Guillermo Worman

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