Un día como hoy, hace 27 años, un grupo de mujeres y hombres juraron la Constitución de Tierra del Fuego tras cinco meses de arduas discusiones. Y cuando la presidenta de la Convención Constituyente, Elena Rubio de Mingorance, se la mostró al pueblo en aquélla histórica jornada en el gimnasio Ítalo Favale de Ushuaia, se cerró una etapa que se inició el 26 de abril de 1990 con la sanción en la Cámara de Diputados de la Nación de la Ley de Provincialización de la parte oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego, una bandera histórica del peronismo.

Teníamos Provincia y teníamos el hilo rector para la naciente etapa. Desde ese momento, todos los días los que nacieron y nacen en esta tierra, los que la eligieron y los que la siguen eligiendo para vivirla, construimos una Provincia, una Patria, nuestros sueños. Doscientas mil voluntades que día a día, desde la diversidad, construyen comunidad y construyen una Patria y una Provincia mejor.

Veintisiete años después, los fueguinos seguimos defendiendo nuestras fuentes de trabajo, nuestra soberanía, nuestra promoción industrial, esa que definió nuestro perfil y que distintos gobiernos quisieron y quieren dar marcha. Seguimos defendiendo nuestra idiosincrasia, nuestra cultura, nuestros derechos.

Lo hacemos desde nuestras diferencias, desde esa diversidad, pero con la visión común y el convencimiento de que para crecer y hacer una Tierra del Fuego mejor, debemos tener la capacidad de discutir, de escucharnos, de consensuar, de ceder cuando sea necesario.

Porque el bien común requiere que como sociedad, y desde el lugar que cada uno de nosotros ocupamos, sepamos aprender de nuestros errores para potenciar nuestros aciertos. Y para que los de afuera no nos devoren.