martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº2337
Dar la palabra » Política » 9 abr 2018

Reforma electoral  

No cambiar para que nada cambie (Por Guillermo Worman)  

Si no se producen cambios antes de las próximas elecciones provinciales de junio de 2019, votaremos exactamente igual que en 2015. Recuerdo la cantidad de voces a favor de cambiar el sistema electoral allá por junio de 2015, cuando la prensa se hacía eco de la molestia de los electores. Y se fueron acallando las voces.


 

Si no se producen cambios antes de las próximas elecciones provinciales de junio de 2019, votaremos exactamente igual que en 2015.

Los electores se encontrarán en el cuarto oscuro con boletas para tachar legisladores y otras para preferir concejales. Todo en una minúscula cantidad de metros cuadrados y ante decenas de listas con los candidatos para los cuatro estamentos que se renovarán.

En Río Grande los concejales se elegirán en una lista bloqueada, en Tolhuin con el sistema de tachas y en Ushuaia con el sistema de preferencias.

Todos deben recordar la molestia que generaron las cajas ordenadoras. Esa herramienta se instrumentó porque resultaba imposible colocar cientos de boletas electorales dentro de los cuartos oscuros. ¿Por qué? Básicamente, porque año tras año, la cantidad de partidos y candidatura crece de una elección a otra. Por lo tanto, lo único que puede esperarse es que en 2019 tengamos más partidos y candidaturas que en 2015.

Armar un partido político en Tierra del Fuego es extremadamente sencillo. Incluso, pareciera, que todo se encuentra diseñado para un sistema de colectoras destinadas a acompañar a los ejecutivos. Esto se aprecia claramente cada vez que se suceden las elecciones de segunda vuelta para la gobernación. Los negociantes intentan colocar sus votos obtenidos en primera vuelta a uno u otro candidato que quedó en condiciones de obtener la gobernación.

Observen esta situación: El Concejo Deliberante de Ushuaia llegó a tener seis bloques, siendo siete concejales. Y podría repetirse un Concejo de todos masculinos.

Si bien es absolutamente cierto que todo hasta ahora es legal, también es correcto razonar que se pueden enmendar los errores actualizando el sistema por el cual se vota en Tierra del Fuego. Basta con una o dos sesiones, junto con un sólido paquete de reformas.

En Ushuaia catorce partidos se presentaron para disputar la intendencia en 2015, llevando siete candidatos. Recordemos que Walter Vuoto fue electo intendente con una diferencia de casi cuatro puntos sobre Héctor Tito Stefani, y que la gobernadora, por entonces, Fabiana Ríos, terminó sexta entre siete con el 7,39% de los votos válidos.

Las boletas seguirán sin la posibilidad de poner fotos de los candidatos y todas las candidaturas irán con el mismo tamaño de letra (la ley electoral expresamente no lo establece y los antecedentes de la Junta Electoral van en ese sentido).

Tachar para no tachar

El sistema electoral provincial prevé que los fueguinos habilitados para votar puedan tachar a los candidatos que no nos conformen de la lista del partido que elijamos para votar para la Legislatura Provincial. En teoría –solo en teoría-, el elector podría desbloquear la lista de legisladores. Pero en la práctica es una lista sábana.

Si realmente Tierra del Fuego opta por este último sistema, lo éticamente correcto es modificar el sistema de tachas y pasar al sistema convencional de lista bloqueada o sábana, como generalmente se la conoce.

Pero hace años llevaron el piso al 50%, y ya es impracticable la tacha de candidaturas. Como si te dieran permiso para hacer algo que resulta prácticamente imposible hacer.

Quién prefiere preferir

La preferencia es un mecanismo por el cual los electores pueden desbloquear la lista de candidatos de un partido para el Concejo Deliberante. Lo pueden hacer con una X dentro del cuadrado que debe estar a la derecha del nombre de cada uno de los candidatos. Se pueden preferir solo a los candidatos de una sola lista. De otro modo: se elige un partido y se prefiere a esos candidatos.

En el conteo de votos para el Concejo Deliberante siempre se conoce cuántas bancas obtuvo cada partido. Luego, generalmente dos días después, comienza el conteo de preferencias.

No es tarea fácil. La realidad indica que cada elector prefiere de manera distinta, aunque la mayoría opta por no preferir o usar la X en los casilleros. Pero muchos usan tilde u otros símbolos para preferir candidatos. Y acá se sucede el problema. La jurisprudencia de la Junta Electoral es respetar la voluntad del elector, use la X u otra alternativa. Solo no se contempla la tacha del candidato como una preferencia.

En la mesa de conteos se termina por dirimir cuáles de los candidatos ocupará la banca que el partido ganó.

Esta dinámica genera una intensa ansiedad (la elección termina el domingo y los concejales se conocen el miércoles) y la necesidad de tratar de interpretar el símbolo que puso el elector cuando no utiliza la X para preferir.

Por lo tanto, a ya tantas elecciones realizadas, debe buscarse una alternativa para ordenar este mecanismo contemplado en el sistema electoral de la ciudad.

Recuerdo la cantidad de voces a favor de cambiar el sistema electoral allá por junio de 2015, cuando la prensa se hacía eco de la molestia de los electores. Y se fueron acallando las voces.

La Justicia Electoral solo aplica la legislación vigente. ¿En manos de quién se encuentra la llave para resolver los problemas que los fueguinos ya han detectado en el régimen electoral?

Hasta ahora, donde solo impera el silencio y la molestia por reformar el sistema para reorganizar el poder político cada cuatro años. El mismo que, tal como está, nos traerá los mismos problemas que sufrimos en 2015; y en los ciclos electorales anteriores.

 

(*) Guillermo Worman, ex integrante de la Junta Electoral Municipal de Ushuaia (elecciones 2007, 2011 y 2015)

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